lunes, 27 de agosto de 2012

Sermón 5 - Salmo del Buen Pastor

Salmo 23 1:1-6

 

SALMO DEL BUEN PASTOR


23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
23:2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
23:3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.



Salmo 23 es un salmo de David. Este salmo, comúnmente llamado "Salmo del Buen Pastor", quizá sea el mejor conocido y el más amado de todos los salmos. Es la delicia de la niñez y el consuelo de la vejez. Otros nombres que se le han dado son: "La perla de los Salmos", "El Salmo del ruiseñor", "El canto del pastor acerca de su Pastor", etc. Agustín dijo que este salmo era el himno de los mártires. Sin duda se han escrito más libros y artículos respecto a este salmo, y se han compuesto más poemas e himnos sobre este tema, que sobre cualquiera de los otros salmos. “El Señor es mi pastor, nada me falta. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre...” A mí también me emociona este salmo cada vez que lo memorizo y medito en él. Este salmo expresa muy bien la relación de amor entre Dios y su pueblo.

En la Biblia hay varias descripciones que expresan la relación entre Dios y su pueblo. Una parábola muy conocida es la del Padre y el hijo pródigo; otra es la relación del esposo y la esposa. El profeta Oseas la describe por medio de su experiencia matrimonial. Dios es el Esposo fiel, y su pueblo la esposa infiel, aun así Dios sigue amándolo perdonando sus pecados. Entre todas estas descripciones, la relación entre pastor y oveja es la más usada tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento para describir el amor de Dios hacia su pueblo.

El ser humano es parecido a la oveja. Como sabemos, la vida de la oveja depende del pastor. La oveja sin pastor significa sufrimiento, vagabundeo, flaqueza, enfermedad  y muerte. Esta realidad explica bien la situación desdicha del hombre apartado de Dios, el buen Pastor, el origen de la vida. ¿En qué sentido, es parecido el hombre a la oveja? El hombre es parecido a la oveja porque no sabe la dirección de la vida, ni sabe dónde encontrar pasto verde y aguas frescas. Los hombres lo buscan en lugares equivocados. Piensan que la felicidad del hombre consiste en poseer lo que quieren tener. Trabajan por la comida que perece. Derrochan su vida en cosas vanas. Por eso cuando el Señor vio a la multitud tuvo compasión de ella y les enseñó hasta muy tarde sobre el reino de Dios.

 Este salmo se puede dividir en tres partes. Las dos primeras (vers. 1-3, y 4) describen la amorosa guía y la protección del Pastor; la tercera (vers. 5, 6) presenta la hospitalidad proporcionada por el Anfitrión.

I. Una guía perfecta (1-3)


Jehová es mi pastor; nada me faltará (1). Aquí podemos imaginar una escena hermosa en la que están recostadas las ovejas después de comer pastos verdes y beber aguas frescas descansando con la guía del pastor. David, el autor de este salmo, era un hombre al que no parecía faltarle nada. Él era un rey poderoso. Él era músico, poeta, un poderoso general. Aun así, su alma no encontró descanso hasta que encontrara a Dios. En este salmo su corazón está lleno de alegría, paz y satisfacción, no por tener todas las cosas que quería tener, sino porque el Señor era su Pastor. Para David, hubo un tiempo en el que cuidaba de las ovejas de su padre. Cuando venía un león, y tomaba algún cordero de la manada, salía tras él, y lo hería, y libraba a su oveja de la boca del león; y si se levantaba contra él, le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba (1Sa 17:34-37). Con esto ilustra el cuidado y el interés que tiene Dios por los suyos. David sabía, pues, por experiencia la preocupación y el afecto que un buen pastor siente hacia su rebaño. Cuidando de ellas, entendió muy bien sus características. Su experiencia pastoral lo condujo a reconocer a Dios como su Pastor considerándose a sí mismo como su oveja.

Cuando David estaba cuidando de las ovejas, Dios lo eligió para ser pastor de su pueblo. El alma de David se goza en el Señor. El Señor era todo para él. Con su pastor Dios, su alma se sentía satisfecha. Ser elegido por Dios y ser guiado por él es una gracia admirable. Dios es todopoderoso y misericordioso. Él nos conoce muy bien y tiene el poder suficiente para guiarnos y guardarnos. Las ovejas que tienen un buen pastor no se preocupan por nada, porque saben que él les sumistrará todo lo que necesitan.

Entonces, ¿qué hace concretamente el Señor por su puebño? David confiesa:  “En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará (2).” El Señor, buen pastor guía a sus ovejas a los pastos verdes. El buen pastor sabe dónde hay pastos verdes y aguas frescas y guía a su rebaño allí. La palabra de Dios es el alimento de nuestra alma y el Espíritu Santo es el río de agua viva que corre en nuestros corazones. El Señor provee para su pueblo, no sólo pasto y descanso, sino también refrigerio y placer santo. Dirige a los suyos, no a las aguas estancadas, que se corrompen y recogen suciedad, ni a las aguas saladas bravías y encrespadas del mar, sino a las aguas dulces y silenciosas de los arroyos, porque las aguas de reposo que fluyen silenciosas sin cesar, son las más aptas para representar la comunión espiritual del pueblo de Dios.

Jay Dennis, el escritor cristiano dijo: “Si usted debe pagar mucho impuesto, dé gracias porque usted tiene un buen trabajo. Si el peso de tu cuerpo aumenta, dé gracias porque usted tiene comida abundante. Si tiene muchas ropas amontonadas en un rincón para lavar, dé gracias porque usted tiene muchas ropas para vestirse. Si su casa está sucia y necesita cambiar ventanas rotas, dé gracias porque usted tiene cosa para vivir. Si usted encuentra un espacio para estacionar su auto lejos de su casa, dé gracias porque usted tiene oportunidad de hacer ejercicio caminando. Si usted tiene un presidente de quien puede quejarse, dé gracias porque está viviendo en un país de libertad. Si usted escucha la canción desarmonizante de los hermanos que están sentados en las sillas de atrás, dé gracias porque usted tiene oídos normales. Si en la madrugada se escucha el ruido del reloj de alarma, de gracias, porque le espera un nuevo día para trabajar. Al ponerse el sol y se siente cansado y fatigado, dé gracias porque usted vivió un día fructífero.”

La bendición entra por la puerta de agradecimiento y sale por la puerta de queja. El corazón agradecido glorifica a Dios, me hace feliz y es la canal de la bendición para salvar a los otros. El agradecimiento cambia nustro destino. El agradecimiento crea el milagro y nueva historia. La madureza de la fe se mide cuánto dar gracias. En Talmudo hay un dicho: “El rico verdadero es el que da gracias por lo que tiene.” Por más que uno tenga mucha riqueza, si se queja, es una persona desdichada. El hombre feliz no es el que tiene mucho sino el que da gracias. Demos gracias a Dios en todo porque esto es la voluntad de Dios para con nosotros.

Aquí debemos saber una cosa: Sólo comer pastos verdes y tomar agua fresca y descansar hacen que las ovejas engorden. Por eso el pastor les da nuevas fuerzas para levantarse y caminar por sendas de justicia por amor de su nombre. David confiesa: “Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (3). Así como para la salud física se necesita ejercicio, también para la salud de nuestra alma, se necesita el ejercicio de la piedad. Comer mucho sin ejercicio nos hace engordar. Por eso el pastor las hace caminar por sendas de justicia. Hoy en día los científicos descubrieron que la mejor manera de mantener nuestra salud es caminar. Es muy bueno caminar por lo menos 30 minutos por día. Debemos hacer gimnasia para mantener la salud física. Yo personalmente estoy agradecido por vivir en un departamento que tiene distancia de 7 cuadras desde la iglesia. Ida y vuelta se gasta 30 minutos. Es agradable caminar por las calles entre la multitud de la gente y autos. Es un tiempo de hacer ejércicio físico. De igual modo, para ser fuertes y saludables espiritualmente, debemos poner en práctica lo que aprendemos. Es muy provechoso ejercer piedad. 1Timoteo 4:8 dice: “porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” 

Hoy en día estamos viviendo en la abundancia de la palabra de Dios. Nosotros escuchamos cada domingo la palabra de Dios y todos los días comemos Pan Diario. Además si queremos, en cualquier momento, podemos escuchar mensajes poderosos  y canciones cristianas llenos de gracia al abrir internet, o a través de video, o mp3, o mp4. Los cristianos de hoy son muy bendecidos. Viven en la abundancia de la palabra de Dios. 

Pero aquí corre el riesgo de abusar de la gracia de Dios. Es fácil acostumbrarnos a la abundancia y perder el corazón agradecido. Es necesario practicar la piedad tratando de cultivar la tierra tierna del corazón a través del arrepentimiento sincero. ¿Cuándo se hace fuerte nuestra alma? Al obedecer la palabra de Dios. Por ejemplo, la palabra de Dios dice: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca (He10:25).” Nadie puede crecer solo. La comunidad cristiana es donde se practica lo que se aprende. El cristianismo no es sólo conocimiento sino es vivir. Nosotros sabemos la obra maravillosa que ocurrió en la iglesia primitiva. Ellos se reunían diariamente en el templo alabando a Dios y escuchando la palabra de Dios. En la iglesia primitiva había una fraternidad auténtica. Ellos daban buena influencia a la sociedad. Además de esto ellos salieron a predicar el evangelio del reino de Dios lllegando hasta lo último de la tierra.

Dios está vivo, así que aun hoy en día el Señor está buscando a quienes obedecen su palabra con el corazón. El Señor quiere que su pueblo sea fuerte y maduro a través del ejércicio espiritual. Más que nada es necesario que cada uno de nosotros tenga íntima comunión con Dios y sea buen pastor que cuida fielmente más de una oveja. La iglesia debe dar buena influencia al mundo. Los incrédulos conocerán que somos discípulos de Jesús si vivimos verdaderamente conforme a la enseñanza de la palabra de Dios. Desafiemos todos los obstáculos que nos impiden crecer y edificar la iglesia. También oremos para que esta iglesia sea usada como la iglesdia de Antioquía para evangelizar hasta la tierra de Fuego. Levantémonos de la pereza espiritual y hagamos el ejércicio espiritual cada día. Desde ahora vamos a preparar con corazón unánime el retiro espiritual, el banquete celestial donde el Señor confortará nuestra alma y traerá un gran avivamiento espiritual.  

II. Una protección perfecta (4)

           
Hay un dilema en la vida del hombre. Nadie quiere sufrir, pero todos deben sufrir. Todos esperamos que no nos pase nada malo, sino que en todo nos vaya bien y sin problemas. Queremos viajar en el mar del mundo siempre con el viento en popa. Pero la realidad es que en la vida humana ocurren muchas cosas defavorables e inesperadas. Estas cosas suceden para todos, no importa si se es cristiano o no. En la vida de David, también hubo varios asuntos difíciles. Fue perseguido por el rey Saúl durante 10 años. En varias ocasiones, estuvo a punto de ser matado por el rey Saúl. Siendo un guerrero, tuvo que enfrentarse con muchos sus enemigos. En su vida familiar también tuvo muchos problemas. Debió sufrir por la rebelión de su hijo Absalón. Debió sufrir el peso de su horrible pecado que cometió con la esposa de Urías. Aun ante todas esto, él confiesa: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (4).  
           
No es fácil pasar por el valle oscuro de la vida. Este versículo nos da inspiración para poder pasarlo sin caer: (A) No se trata de muerte, sino de sombra de muerte, sombra sin cuerpo, figura sin realidad; ni la sombra de una serpiente pica, ni la sombra de una espada mata. (B) Es valle de sombra, bastante profundo como para ser tenebroso, pero los valles son también fructíferos, como lo es aun la misma muerte para los piadosos hijos de Dios (Fil. 1:21). De hecho para el pueblo de Dios la muerte misma no es más que la puerta por la que entra en el reino celestial. (C) Es un pasar, como un corto paseo. No hay valle sin fin. Si hay sombra esto quiere decir que hay luz. No siempre habrá oscuridad para el pueblo de Dios. (D) Y es un pasar por el valle, no se perderán en el valle, sino que saldrán a salvo al monte de especias aromáticas que hay al otro lado. No hay allí mal alguno para el hijo de Dios, pues ni la muerte puede separarnos del amor de Dios (Ro: 8:38). El buen pastor, no sólo conduce, sino que escolta, a sus ovejas a través del valle. Su presencia las anima. Por eso la convicción del pueblo de Dios es esta: “porque tú estarás conmigo.”

El pastor tiene en su mano dos cosas que inspiran confianza. Una es un garrote (vara) para abatir a los enemigos de las ovejas, el otro es un cayado para dirigir a las ovejas por el camino. Eso simboliza la defensa y la guía de Dios a su pueblo. Nuestro Dios es fuerte. Él pelea por nosotros. Él es nuestro guiador. Él nos guía por camino de justicia. Así como las ovejas que ven la vara y el cayado en la mano de su pastor sienten confianza y seguridad, nosotros nos sentimos seguros y tranquilos al ver a nuestro Dios que en una mano trae la vara y en la otra el cayado. Él nos defiende con su poder. Él nos corrige con su palabra. ¡Alabemos a nuestro Dios que nos defiende y nos corrige!

El Pastor proporciona descanso, refrigerio, alimento, renovación, compañerismo, dirección, liberación del temor, consuelo, seguridad, victoria sobre los enemigos. ¿Qué más podría pedir un cristiano? Sin embargo, el salmista destaca estas evidencias de la bondad de Jehová y las acrecienta mediante una metáfora diferente: la del amable Anfitrión. 

III: Una vida abundante (5,6)

Veamos el versículo 5: “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”. Después de pasar por el más oscuro de los valles, el Señor nos prepara un banquete celestial donde hay abundancia de vida. La vida de David lo testifica claramente. Dios lo exaltó ayudándolo a vencer a todos sus enemigos. Lo estableció como rey de Israel y como imagen del Mesías. Es cierto que nos espera un futuro glorioso. La promesa de nuestro Señor Jesucristo es ésta: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn 10:10b). Nuestro Dios es un anfitrión que prepara un banquete celestial y nos invita; nos aprecia tanto que unge nuestra cabeza con aceite, que es un gesto amable de parte del anfitrión.

Aquí la mesa, el aceite y la copa simbolizan la provisión de Dios para su pueblo. La mesa puede referirse a la Cena del Señor; el aceite, a la llenura del Espíritu Santo. En la antigua cultura del Cercano Oriente, era costumbre ungir a una persona en un banquete con aceite fragante, como con una loción.; y la copa, a los diarios beneficios con los que Dios colma a su pueblo. ¡Qué dichoso es el pueblo de Dios que vive una vida vencedora y abundante aun en medio del mundo hostil! Nuestra vida está llena de la gracia de Dios. Cada día nos alegramos en el Señor quien es nuestro Pastor. Nuestro Señor, ofrece la protección de un anfitrión aun cuando estemos en medio de los enemigos. Por eso alabamos al Señor por toda su gracia junto con la compositora Crosby “¡Cerca de mi buen pastor vivo cada día. Toda gracia en su Señor halla el alma mía!”

Cuando David dice, “mi copa está rebosando” él piensa en primer lugar, y tal vez exclusivamente, en la copa de gozo del Señor. Dios concede sus bendiciones generosamente, en forma rebosante. En sentido secundario podría decirse que esta figura describe las bendiciones de la prosperidad material. David había gozado de tales bendiciones; también había aprendido, mediante la dura experiencia, que la prosperidad pone en peligro la vida espiritual. "La copa más difícil de llevar no es la vacía, sino la que está llena hasta el borde". Aún más difícil sería llevar una copa que "está rebosando". Es obvio que la crisis espiritual viene cuando todas las cosas van bien. La prosperidad material puede ser la causa de la caída espiritual.

El corazón de David está lleno de alegría y termina su salmo con una convicción y un anhelo de morar para siempre en la casa del Señor: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”. En la escena final de este salmo, vemos que los creyentes morarán con Dios. Dios, el perfecto pastor y anfitrión, promete guiarnos y protegernos a lo largo de la vida para llevarnos a morar para siempre en su casa, el reino celestial, nuestreo destino final. Amén.









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